Palabras de Brambila:
Y aquí se confirma la tradición histórica no obstante sus lagunas. La arqueología reconoce que se trata de un lienzo tejido con técnicas conocidas en Egipto y Palestina en el siglo de Cristo.
Parece mentira, pero sólo en tres líneas hay tanto que dedicaré una entrada a contestarle a Brambila y a quienes oyeron su charla. Vamos por partes. Primero esto de que la tela “confirma la tradición histórica no obstante sus lagunas”.
Pura fantasía. Brambila se refiere tácitamente a lo que dice el católico Ian Wilson: la identificación del sudario de Turín con el famoso Mandylion de Constantinopla, teoría expuesta por primera vez en su libro The Turin Shroud de 1978.
Aunque esa teoría es generalmente aceptada por la mayoría de los sindonólogos, ha sido vista con gran reserva entre los miembros del Centro Internazionale di Sindonologia, y también por Giulio Ricci en Il Santo Volto di Genova, publicado en 1988 por el Centro Romano di Sindonologia. Nótese que esta gente no es escéptica de la reliquia de Turín. Verdaderos escépticos son, en cambio, Nickell y McCrone. Pero incluso John Heller, un miembro del Shroud of Turin Research Project (STURP), escribió en un libro crédulo del Sudario:
Yo sabía por mis propios estudios que la historia de Wilson era un fantástico collage, y sospeché que su historia del arte lo podría ser también.[1]
Si eso lo escribió un miembro del pío STURP en un libro dirigido a quienes creen que el lienzo es la mortaja de Cristo, ya podemos imaginar lo que Nickell escribió en su libro completamente escéptico.
Para colmo, el número 6 de Shroud Spectrum International, que como vimos en la anterior entrada el mismo Wilson reconocía como el “Rolls Royce” de las revistas sindonológicas, publicó, en marzo de 1983, un erudito artículo de Malcolm Barber, “The Templars and the Turin Shroud”. Barber critica ahí la teoría de Wilson de forma más extensa y académica que la mención pasajera del libro de Heller. Nótese que Brambila aún vivía cuando Barber publicó el artículo arriba enlazado; y no olvidemos que la editora de la revista, Dorothy Crispino, era una gran fan de la autenticidad de la reliquia.
Sobre la otra declaración de Brambila, “La arqueología reconoce que se trata de un lienzo tejido con técnicas conocidas en Egipto y Palestina en el siglo de Cristo”, tengo que hablar. Y tengo que hacerlo porque eso involucra unas anécdotas de mi propia vida con el entonces presidente del CMS, Enrique Rivero-Borrel, quien en la foto de la primera entrada aparece con bigote arriba de Brambila.
Pues bien, yo sabía, por la enorme cantidad de literatura sobre la reliquia que leía, que los exámenes textiles no eran concluyentes. Ya que mencioné a Wilson, debo añadir que él escribió algo que vale citar:
Debe ser reconocido que, durante el medievo, el algodón era producido en Italia, mismo que era manufacturado en Francia, Italia y los Flandes. En términos generales, la evidencia de Raes es ambivalente: muestra que el Sudario pudo haber sido producido en la Palestina del primer siglo, mas también en la Europa del siglo XIV.[2]
Gilbert Raes era un experto en textiles a quien se le permitió cortar una pequeña muestra del sudario de Turín. Pero vayamos a la memoria que quiero recoger.
Ya tiene muchos años, pero aún me llega mucho muy fresco que, en una de las reuniones del CMS, le dije a Rivero-Borrel que lo que había dicho en una reciente conferencia, que los exámenes textiles no dejaban duda de que la tela era del primer siglo, estaba infundado. Le cité la literatura que menciono arriba. De hecho, los pasajes en sangría que puse arriba los saqué de un artículo mío que, por ser demasiado escéptico, no fue aceptado en el boletín del CMS para su publicación. Pero si bien recuerdo Rivero-Borrel había leído el manuscrito.
Después de lo que le dije, en presencia del padre Faustino Cervantes y otros que no recuerdo, me quedé con la idea de que, dado que las fuentes que le mencionaba a Rivero-Borrel provenían de sindonólogos creyentes, las iba a tomar en cuenta.
¡Cuál sería mi sorpresa un par de años después!
Dejé de frecuentar el CMS. No obstante, compré un video de Rivero-Borrel en una tienda. El video se titula La Sábana Santa: un documento insólito. Es un VHS donde Rivero-Borrel ya se veía acabado comparado con el animoso hombre que conocí (luego me enteré que moriría no mucho después). Aunque ahora que escribo el video se encuentra enfrente de mí, no lo puedo ver porque ya no poseo el aparato VHS. Pero lo que me sorprendió sobremanera cuando, hace ya tanto, lo vi, es que ¡Rivero volvía a hablar del textil y de la teoría de Wilson como si fueran hechos absolutamente comprobados! Lo del textil me llamó mucho la atención, porque fue algo que le había dicho a Rivero-Borrel varias veces.
Hace años yo era un ingenuo. Creía que argumentos basados en hechos sólidos podrían persuadir al creyente a que modificara sus opiniones. Pero Rivero-Borrell ni siquiera se dejaba convencer por sus correligionarios sindonólogos (Wilson y el artículo de Shroud Spectrum International). Lo que entonces ignoraba es que las opiniones del creyente convencido tienen más que ver con la fe que con la evidencia.
Quisiera terminar esta entrada con dos imágenes.
Homenaje a Rivero-Borrell por su Conferencia #1000
del llamado sudario, con misa e imposición de la
medalla en la Catedral Metropolitana con el
Cardenal Ernesto Corripio Ahumada.
Condecoración y Diploma de 1986, Crux
Pro Ecclesia et Pontifice a Rivero-Borrell.
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[1] Heller, John. Report on the Shroud of Turin, Boston: Houghton Mifflin, 1983, página 13.
[2] Wilson, Ian. The Mysterious Shroud, NY: Doubleday, 1986, página 42.